domingo, 27 de enero de 2013

"Pensando en los demás"


- "¿Qué es lo más importante para este año?¿Para qué estamos aquí?"
 - "¡Para ser felices!" 
      Así comienza el curso un tutor de una escuela de Primaria de Japón. Eso es lo que les dice a sus alumnos y alumnas el primer día de clase, y se lo cree tanto, que hace todo lo posible para que eso se cumpla. "Sólo tenemos una vida y tenemos que vivirla con alegría. Eso se consigue aprendiendo a pensar en los demás". El profesor Kanamori sabe lo que necesitan los niños y niñas y les facilita un espacio y unos tiempos donde poder expresar sus sentimientos y compartir sus emociones. No es sólo un momento puntual en el que se permite eso, sino que el ambiente del aula, el trato y la ausencia de juicio crean las circunstancias ideales para que la convivencia en el aula sea respetuosa y genere confianza. El señor Kanamori quiere una clase en la que los alumnos y alumnas creen fuertes vínculos entre ellos
         En el documental que os invito a ver, podéis ver en 50 minutos cómo el profesor Toshiro Kanamori genera ese espacio de confianza en el aula de 4ºA de la que es tutor por segundo año consecutivo. Podéis verlo aquí: "Pensando en los demás" (you can also whatch the English version).
       En la clase tienen ya adquiridos determinados rituales que ayudan a crear un clima especial. Por ejemplo, cada mañana se leen cartas escritas por varios/as alumnos/as en las que cuentan cómo se sienten o lo que piensan acerca de algo. Dichas cartas suelen generar opiniones, debate o comentarios entre el resto de compañeros/as y ahí se genera un espacio muy interesante para conocerse mejor. El día en que uno de los temas de las cartas toca los corazones (cuando muere un ser querido, por ejemplo), se crea un clima de solidaridad y el que lo necesita, expresa sus emociones ya vayan éstas acompañadas de llanto, risa, enfado, etc. 

       Los niños/as son personas, tienen sentimientos que en ocasiones les confunden más que a los adultos, sea porque llevan menos tiempo familiarizados con ellos, sea porque nunca antes los habían sentido, o porque nadie les ha ayudado a identificarlos y colocarlos. Son vulnerables, mucho, pero también son unos artistas en esconder sus miedos y sus sufrimientos y, por lo que yo he podido ver, si no se les ayuda invitándoles a compartir lo que les pasa y asegurándoles que lo que sienten es lícito y respetable, esas emociones se pueden quedar atrapadas; la molestia que eso genera puede provocar comportamientos indeseados  (de inseguridad, rabia, agresividad, etc) que no hacen bien a nadie. Aunque no nos guste lo que esté sintiendo un niño/a, o lo juzguemos de inapropiado, hay que aceptarlo porque es una realidad, es un logro que lo exprese y sólo lo hará si se siente escuchado con amor y sabe que no habrá juicio. Si ese sentimiento le hace daño a él mismo o a otros/as, ya estamos ahí para ayudarle, pero sin decirle qué es lo que debería estar sintiendo, porque eso puede generar sentimiento de culpa y así jamás le ayudaríamos. "Tienes derecho a sentir lo que sientes" (esto vale para cualquier persona de cualquier edad y es la base de una Escucha Activa).
    "Cuando la gente te escucha de verdad, vive para siempre en tu corazón", 
dice el maestro japonés.

      El señor Kanamori no sólo es un buen profesor por trabajar así la parte de la convivencia sino que también les hace aprender explicándoles los contenidos de una forma diferente y les invita a realizar proyectos donde desarrollan su imaginación y sus habilidades.
     El regalo más grande que a mi parecer les hace el profesor Kanamori a sus alumnos/as, es que les invita a experimentar la alegría de vivir, ¿lo habéis leído bien? ¿qué es alegría de vivir? ¿cómo se enseña eso?  Para transmitir eso uno debe creérselo y sentir en su vida esa alegría. Desgraciadamente hay mucha gente en el mundo de la docencia que no se siente así, es más, hay mucha gente a la que le cuesta disfrutar de su vida y mucha gente que, por tener sus emociones atrapadas, trata a sus alumnos/as con poco amor y mucho juicio. Nosotros/as somos los docentes y es nuestra responsabilidad conocer y cuidar a las personas que están bajo nuestra atención y cuidado (para mí es mucho más importante esto que asegurarme de que memorizan todos los contenidos).
       Creo que se puede ser buen docente sin sentir que la alegría te sale por los poros a diario,  no hace falta ser "la alegría de la huerta" para generar un espacio tan acogedor como el que genera este profesor pero sí que debemos mirar nuestras emociones como docentes, colocarlas y no permitir que jamás salpiquen a nuestros alumnos/as y mucho menos hacerles sentir responsables de eso que es nuestro.   
         Hay otros momentos fascinantes en el reportaje, como cuando les parece injusto el castigo que pone el profesor al niño que molestaba en clase, o cuando reciben a un compañero que acaba de perder a su padre, o el momento en que escriben un mensaje en la arena. También podemos ver momentos de cuidados especiales que tiene el profe atendiendo a los que lo necesitan o fortaleciendo el sentimiento de grupo. Esto también se aprecia cuando se despiden haciendo un corro en el aula. 

     Me parece una delicia de documental del que se puede aprender mucho. Yo sé que es posible trabajar así porque mis años como tutora han sido así de deliciosos y porque mis alumnos y alumnas me han ayudado a mí a experimentar la alegría de vivir, compartiendo risas, llantos, enfados, etc...y porque gracias a ellos/as yo he ido aprendiendo poco a poco a escucharles con amor. Aprendí a crear hábitos y rituales que facilitaban la escucha sin juicio y donde todos/as éramos capaces de realizar y recibir tanto críticas como cumplidos con respeto. Observarles en las asambleas y otros espacios de charla y resolución de conflictos, me hizo ver en los/as niños/as una sabiduría que nunca imaginé que tenían y que nunca habría descubierto si no hubiera aprendido a mirarles con amor y a escucharles sin juicio.  

     Después de ver el vídeo, y como ya he comentado en otra ocasión, me parece muy injusto que la educación que reciba un grupo de alumnos y alumnas dependa del maestro o maestra que le toque y no haya una garantía de que dicha educación sea de calidad, independientemente del docente. Además, esta organización de maestra/o por aula genera un vínculo tan fuerte que la influencia que reciben los/as niños/as es inevitable, sea ésta positiva o negativa. Vemos que el señor Kanamori ejerce una influencia positiva ya que transmite valores respetuosos y de cuidado a los demás. Yo quiero pensar que mi influencia también ha sido positiva sobre mis alumnos/as porque he trabajado en una línea similar pero, ¿no es muy arriesgado?¿no os parece una apuesta muy fuerte dejar a vuestros/as hijos/as bajo la influencia de una sola persona con la que establecen vínculos casi incondicionales y con la que pasan muchas horas? 

    Por eso estoy totalmente convencida de que una escuela libre (democrática) en la que los niños y niñas van descubriendo y aprendiendo a su ritmo, en la que se generan espacios de debate y de toma de decisiones, en la que hay varias personas adultas que acompañan pero no dirigen, garantiza la calidad que debe tener la educación en la que yo creo; invitando siempre a generar momentos en los que todos/as podamos abrir nuestros corazones y demos pistas de cómo estamos o qué necesitamos. Esto ayudaría a convivir de forma respetuosa y a sentir esa necesaria alegría de vivir. Si además la educación fuera acompañada de un apoyo social y gubernamental, como es el caso de Japón o Finlandia, todo sería mucho más fácil. “En Japón, el único profesional que no precisa reverenciar al emperador es el profesor pues, según los japoneses, en una tierra donde no hay profesores, no puede haber emperadores".   

   Disfrutad del documental hasta el último minuto porque ahí cobra todo mucho más sentido, y no os olvidéis de comentar y compartir vuestras opiniones y experiencias.

     

 
    



    

lunes, 21 de enero de 2013

ApS: Aprendizaje y Servicio Solidario


    Cuando una está investigando sobre un tema concreto, se encuentra con un montón de cosas nuevas pero no se sabe muy bien por qué, de pronto una de esas cosas resalta sobre las demás y se torna especialmente interesante. Puede ser por el nombre misterioso o atractivo, puede ser por cómo lo aconseja quien habla de ello, o simplemente porque cuando lo tecleas en google, encuentras fácilmente lo que buscas.
      Así descubrí yo el ApS, el Aprendizaje y Servicio, escribí a Roser Batlle, una pionera en el tema, y me invitó al V Encuentro para la promoción del ApS, que se realizaba en Barcelona. Hay mucha gente poniendo en práctica el ApS en espacios educativos y/o sociales y es que está claro que solo puede tener resultados positivos. Seguro que muchos y muchas de vosotras ya realizáis ApS o lo habéis realizado alguna vez.
      Lo que me quedó claro en el encuentro de Barcelona, gracias a la estupenda ponencia de Josep Maria Puig, al grupo de trabajo en el que participé, a la visita a centros específicos que realizan ApS y a conversaciones con personas que llevan tiempo en esto, es que el Aprendizaje-Servicio consiste en hacer que nuestros/as alumnos/as (en el caso de docentes) presten un servicio a la comunidad y se enriquezcan con todos los aprendizajes que esto supone (porque detrás de cada ApS hay un proyecto detalladamente elaborado).
         Ya en Madrid, y continuando con la fortuna que me acompaña en cada paso que doy este año, es Pedro Uruñuela (otro pionero en este tema que lleva mucho años en educación) el que me introduce en el grupo promotor de Madrid, donde coincido con gente de Fundación Tomillo que organiza una formación de ApS para profesores de la Universidad Rey Juan Carlos de Mostoles. La alegría fue doble: por un lado, saber que profesores/as de universidad están interesados/as en realizar ApS en sus clases, y por otro lado la alegría y la suerte de poder participar yo en este curso de formación. El Centro Abierto Tomillo, desde su “Casa de la Educación” con Bárbara Muñoz, Ana Aguilar y María Montero, ofrece esta formación para que cualquiera tenga más herramientas para poder realizar proyectos de ApS en cualquier ambiente educativo. ¡Muchas gracias, chicas!

           Ahora ya puedo explicar mejor en qué consiste el Aprendizaje y Servicio:
     “El aprendizaje- servicio es una propuesta educativa   que combina procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un único proyecto bien articulado en el que los participantes aprenden, a la vez que trabajan en necesidades reales del entorno, con la finalidad de mejorarlo.”
     Llevado a la práctica sería algo así: los alumnos/as o el docente detectan una necesidad en las personas o en el medio ambiente del entorno inmediato (mejor que esté próximo), se estudia en el aula todo lo relacionado con dicha necesidad (contenidos específicos, habilidades sociales y manuales, etc..), se estudia y se prepara el servicio a realizar, se buscan socios en otras entidades sociales que colaboren en dar formación a los alumnos/as o en la prestación del servicio, se pone en práctica dicho servicio (un solo día, o mejor de forma continuada durante un tiempo) y se reflexiona sobre la experiencia.

         Existen ejemplos concretos de experiencias que ya se están realizando:
  • En el proyecto Haz que todos lo podamos celebrar, los chicos y chicas organizan en el barrio una campaña de recogida de alimentos destinados a la población que padece hambre. Los estudiantes aprenden contenidos curriculares sobre la alimentación, la pobreza en el mundo, la exclusión social, y también mejoran su solidaridad y su capacidad para trabajar en equipo.
  • En el proyecto Conecta joven, jóvenes de institutos mejoran sus conocimientos técnicos y sus habilidades sociales para poder enseñar informática elemental a personas adultas que nunca han utilizado el ordenador, contribuyendo de esta manera a superar la brecha digital. (www.conectajoven.net)
  • En el proyecto Cuidemos a nuestros abuelos, alumnado de Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería (CFGM) diseña y ofrece un taller de "Atención domiciliaria al anciano dependiente" a personas recién llegadas a nuestro país que buscan su primer trabajo. Aprenden y repasan previamente los contenidos y procedimientos aprendidos en sus estudios profesionales, habilidades en la comunicación y relación con los adultos, estrategias didácticas para enseñar a otros, etc.
  • En el proyecto Donación de sangre, grupos de chicos y chicas organizan su propia campaña de donación de sangre entre el vecindario con la finalidad de conseguir más donantes y paliar el déficit que hay. Adquieren conocimientos sobre la sangre y la necesidad de donación, así como habilidades organizativas, técnicas de comunicación para la difusión de mensajes, etc.
  • En Compartimos derechos, alumnado de 3º de ESO, en la asignatura de educación para la ciudadanía, divulga los Derechos Humanos entre las escuelas de Primaria del barrio después de una investigación sobre ellos a través de las entidades sociales locales.
  • En el proyecto Adopta un río, los niños, niñas y adolescentes se comprometen a proteger y conservar un tramo de un río, una balsa o un canal. De esta manera, profundizan y aplican conocimientos sobre el medio natural, al mismo tiempo que se sensibilizan respecto a su fragilidad, sensibilizan a los demás y se esfuerzan en frenar la degradación.
  • En mi visita a Barcelona conocí otro proyecto en Terrasa en el que alumnos y alumnas de Transición a la Vida Adulta de un Colegio de Educación Especial, acudían todos los jueves a un Centro de ancianos con Alzheimer y les ayudaban en diversas tareas como ir al supermercado para hacerles la compra a partir de una lista o descargar las bolsas pesadas de la compra y colocarlas en sus cocinas.
       Así podría seguir con una lista de ejemplos interesantísimos pero os invito a bucear en las páginas de la Fundación Zerbikas o de la Red Española de ApS donde encontraréis más ejemplos y vídeos que os ayudarán a entenderlo. (Podéis verlos en la Videoteca de Zerbikas).
      
Cartel del Grupo de Mediación
       Entre los proyectos de Aprendizaje y Servicio que yo he realizado, sin saber que podía llamarse así, está el de Grupo de Mediación, formado por 4 niños y 4 niñas de 6º de Primaria para mejorar la convivencia del Centro, ayudando a resolver conflictos a cualquiera que lo necesitara (niño/a-niño/a, alumnos/as-profe). Este grupo fue elegido por sus compañeros y compañeras, después de hablar en varias asambleas sobre las funciones de un/a mediador/a y presentar sus razones para querer formar parte del Grupo. Después recibieron una formación impartida por un psicólogo, padre del colegio, crearon un logo y un cartel, y ejercieron como Grupo de Mediación durante todo el curso como jamás habría imaginado que podían hacerlo chicos y chicas de esta edad. 

    Seguramente muchos/as de vosotros/as habéis realizado ya algún proyecto de ApS sin saber que eso tenía un nombre. El hecho de realizar actividades en esta línea es algo muy positivo, a mi parecer, y aporta mucho a los alumnos/as que lo realizan. Existen actividades relacionadas con el voluntariado, con ayudar a los demás o con mejorar el medio ambiente pero el ApS es la manera de mezclar de forma óptima el aprendizaje y el servicio en un proyecto elaborado con una intención muy concreta.

     Cuando oí hablar de esto no tenía ninguna duda de lo beneficioso que resulta trabajar así, tanto para los estudiantes como para los docentes, no necesité ninguna justificación ni datos concretos que me mostraran resultados positivos ya que lo vi como una actividad que empodera a los estudiantes al realizar algo con mucho sentido, elegido por ellos/as y que supone una responsabilidad importante, y eso es lo que les hace sentirse bien, a la vez que aprenden. Aún así, la experiencia está demostrando que los resultados son extraordinarios; crece la motivación de los estudiantes, así como su autoestima, cuando hacen algo para otras personas, cuando se ponen en el lugar del profe y se sienten respetados/as, cuando ayudan a que personas de otros lugares estén mejor y cuando elaboran un proyecto que tiene un resultado tan positivo, porque no hay ninguna experiencia de ApS que, bien planteada y organizada, no haya resultado exitosa. Podéis escuchar algunos testimonios en la videoteca antes comentada.

     La verdad es que no entiendo la educación de otra manera que no sea partiendo de un profundo respeto hacia todas las personas implicadas y el ApS es un ejemplo de esto. De momento he conocido experiencias puntuales, vinculadas a asignaturas concretas y con la intención de adquirir contenidos específicos de esa materia, pero ¿Os imagináis cómo sería toda la educación basada en proyectos de ApS? ¿Imagináis que los estudiantes organizaran proyectos basados en necesidades sociales reales, prestaran un servicio solidario y que de ahí surgieran todos los aprendizajes que necesitan para su vida?
     Después de esto, creo que una escuela democrática, donde los/as niños/as organicen su tiempo como deseen y donde se les facilite realizar proyectos de Aprendizaje y Servicio, se acercaría mucho a una escuela ideal ¿no os parece?
Son cosas chiquitas.
No acaban con la pobreza,
no nos sacan del subdesarrollo,
no socializan los medios de producción y de cambio,
no expropian las cuevas de Alí Babá.
Pero quizá desencadenen la alegría de hacer, y la traduzcan en actos.
Y al fin y al cabo,
actuar sobre la realidad y cambiarla,
aunque sea un poquito,
es la única manera de probar
que la realidad es transformable.
   (Eduardo Galeano)
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Bibliografía:
- He utilizado información proporcionada por Fundación Tomillo tomada de las Guías prácticas de la Fundación Zerbikas que podéis encontrar pinchando aquí.
- Las definiciones, las experiencias y la cita de Galeano han sido directamente extraídas de dichas guías.  
- El Blog de Roser Batlle, donde leí por primera vez sobre el ApS, podéis visitarlo aquí.



martes, 8 de enero de 2013

Un 8 de Enero diferente

"Están yoviendo escuelas y más"
      Hoy volvéis al cole profes, maestros y maestras, comienza la segunda parte de este curso, segundo trimestre de unos trimestres que cada año pasan más rápido, aunque hagamos lo posible para que el ritmo del aula sea cada día más calmado. ¿Será la edad la que me causa esa sensación de velocidad? ¿Será por los años que una está en un mismo trabajo? o ¿Serán los minutos que cada vez duran menos? 
     Vosotros/as os reencontráis con vuestros alumnos y alumnas que llegan con ganas (la mayoría) de compartir sus vacaciones, mostrar sus regalos de Reyes y, tal vez, con ganas también de volver a la rutina conocida y disfrutar con sus compis y sus profes; los que tienen la suerte de disfrutar ¡claro! los que no, son capaces de aprovechar cualquier resquicio de diversión o de bienestar y consiguen, al menos, no estar mal, que ya es bastante. Lo preocupante de esto es que los niños y niñas, se supone, aprenden en la escuela lo que necesitan para la vida y a la vez van aprendiendo cómo es la vida y, en lugar de mostrarles lo más bello de ella: la alegría, la generosidad, la belleza, los buenos tratos, el respeto, etc...y ayudarles a descubrir las herramientas que pueden necesitar, y a desarrollar las cualidades que ya poseen, se acostumbran a otro tipo de "vida", les acostumbramos a otro tipo de vida en la que deben hacer todo lo que se les dice, tal y como se les dice que lo hagan y, en lugar de premiar el error, para que aprendan de él y se superen, les castigamos  por errar, con suspensos, sin recreos y con consecuencias sin sentido, y humillantes la mayoría de las veces.
    Después de esto, de decirle a alguien durante muchos años qué hacer, cómo hacerlo, qué decir y cuándo decirlo, se le deja ir y se espera de ese alguien que sepa qué hacer, cómo hacerlo, qué decir y cuándo decirlo, y si se equivoca, tal vez sepa reconfortarse (o tenga cerca a la gente adecuada que le ayude) o tal vez haga lo que sabe hacer: castigarse, lamentarse y humillarse. Lo que parece que ya vamos reconociendo es que la mayoría de las veces no lo hacemos con nosotros/as mismos/as, sino que se lo hacemos a los demás y cuando cometemos errores, castigamos y humillamos a los que nos rodean ¿No os suena?
 
      Por primera vez en varios años, este 8 de Enero yo no vuelvo al aula, vuelvo a mi plan, a mi proyecto para conocer otras formas de educación, otra forma de escuela que ofrezca a la infancia y al mundo la manera de desarrollarse y aprender de forma respetuosa con uno mismo, con cada persona, con la naturaleza, descubriendo lo que cada cual necesita para eso, sin que le venga impuesto desde fuera. Echo de menos llegar a mi aula vacía, subir las persianas, esperar a que sea la hora y recibir a cada uno y cada una en la puerta para saludarle y darle los buenos días de forma individual (esto lo hacía cada día del curso y es una de las cosas más bonitas y que más les gustaba). Echo de menos las asambleas que hacíamos dos veces por semana (o más, si era necesario) donde se hablaba de sus inquietudes, de sus miedos, de sus alegrías, donde se resolvían los conflictos y donde se pedían disculpas públicamente o se regalaban cumplidos y felicitaciones. Ser testigo de estas situaciones con niños y niñas de 5º y 6º de Primaria es un regalo y es la muestra de que poseen una riqueza y sabiduría inmensa, pero necesitan que los profesionales les facilitemos momentos y lugares adecuados para expresarse. Os aseguro que merece la pena dedicar tiempo a esos momentos aunque eso suponga recortar de otras asignaturas. 
    
      Estos días me han llegado un par de vídeos que me gustaría compartir con vosotros/as. Están en inglés pero se entienden muy bien. Uno de ellos es una muestra del colegio Sudbury de Israel en el que hablan algunos/as alumnos/as sobre su paso por él. Lo podéis ver pinchando aquí. Cuentan cómo fue su llegada y cómo pasaron su primer año "dando vueltas por ahí", "saltando con un juego" o "jugando todo el día al ordenador". Esta actitud, que a mucha gente puede parecer una pérdida tiempo, es la reacción normal cuando se pasa de un control absoluto, a la libertad; necesitan adaptarse a lo nuevo que se les ofrece y la reacción puede ser la de "hacer lo que me de la gana, de verdad" para comprobar que es cierto que nadie les va a parar ni a juzgar. Yo vi en De Kampanje (el Sudbury de Amersfoort, Países Bajos) a algún niño en esa situación (sin hacer nada que sea considerado como un aprendizaje desde el punto de vista académico) y, como dice una chica del vídeo que aquí os muestro, es algo terapéutico, y a partir de ahí ya eligen otras cosas que quieren hacer (entre las que están, por supuesto, dar vueltas por ahí y jugar al ordenador). Es muy importante tener esto en cuenta, ya que una familia que tenga dudas al respecto de esta educación, puede asustarse si ve a su hijo o hija en una situación así.
      Sudbury Valley no es el único modelo democrático y, para alguna gente no será el mejor pero es un ejemplo de respeto a la libertad y autonomía de las personas. Dice la chica del vídeo que en ese colegio
" Cualquier cosa que haces, está bien y cualquier cosa que haces es aprender".

       Agradezco desde aquí a las personas que gracias a estos vídeos, nos muestran lo que ya se está haciendo y los efectos que eso tiene. A veces necesitamos imágenes que transmitan estos mensajes para creer que es posible y que ya se está realizando en muchos lugares del mundo. Están lloviendo escuelas y mucho más.

       El otro vídeo que quiero compartir es éste: "Education is everything", "Todo es educación". Os lo muestro porque me gusta mucho lo que dice:
"Todo es educación, la educación empieza cuando naces y no acaba hasta tu último suspiro...
... Educación no son cursos, asignaturas o calificaciones, es lo que aprendemos, es conocimiento sobre nosotros mismos y la comunidad en la que vivimos...es sobre cosas que nos importan como individuos. No es sabio sólo hacer lo que se nos dice, hay tanto por descubrir...
¿Cómo sabemos si algo está bien o mal? los/as niños/as necesitan experimentar.
La educación debería ayudarnos a reflexionar sobre quiénes somos, de dónde venimos y qué queremos ser, debería ayudarnos a alcanzar nuestros sueños..."

Ahí lo dejo, el resto os dejo que lo veáis.

      Espero que los disfrutéis. Yo os deseo un buen comienzo de año y de trimestre, pero sobretodo se lo deseo a todos los niños y niñas que están bajo nuestra responsabilidad, así que os animo a ir cambiando pequeñas cosas para ofrecerles a ellos/as lo mejor, y que su año esté lleno de días felices, de días en los que aprendan a ser quiénes son y no que aprendan a ser lo que les digamos que sean. A lo mejor esto supone replantearnos nuestra labor como docentes pero eso es lo que supone ser un buen docente, aunque lo hayamos olvidado o nunca nos lo hayan contado ¿No creéis?
     Y, si queréis, podéis contarnos aquí cómo os va en esas reflexiones. Yo seguiré compartiendo las mías y contando mis experiencias mientras sigo Yo viendo escuelas.

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- Ilustración "Están yoviendo escuelas y mucho más" de Noelia Varea (deveras proyectosgraficos).