domingo, 26 de mayo de 2013

Encantada de conocerte, Finlandia!

    El coche hasta arriba, incluída Metka, la perrita. El remolque cargado de electrodomésticos y materiales de construcción. Nos vamos a seguir construyendo la casita de verano, en una isla del archipiélago finés. Una experiencia única, un regalo para esta maestra que recibe tanto de cada sitio al que va. Y una oportunidad para tener buenas conversaciones entre maestras y maestros. 
    Janne ya se ha jubilado, después de trabajar en la escuela de Kuusikko. Recuerda perfectamente el día en que se dio cuenta de que sabía leer. Se acuerda de la mágica sensación que experimentó con unos 5 años, cuando reconoció los caracteres que tenía delante de él. Tenía en sus manos un cuento que se sabía de memoria porque su madre se lo leía, lo estaba mirando y de pronto, las palabras empezaron a resaltar y a coger forma (como los dibujos de 3 dimensiones); de repente podía entender lo que decían y podía leer el libro él solo. Vaya recuerdo tan especial y tan mágico... claro que, esto no significa que ya todo fuera fácil en la escuela, ya que tuvo una maestra que les hacía deletrear las palabras y él, al principio, no podía porque las palabras tenían un sentido completo, él veía la palabra entera, no letra a letra y eso supuso un problema para esa maestra que pensó que ese niño podía tener alguna dificultad de aprendizaje.
        En Finlandia los niños y niñas empiezan el colegio con 7 años (no se espera que aprendan a leer antes); antes de esa edad, tienen un año pre-escolar en el que se les acerca a la lectoescritura de una forma lúdica y tienen un par de horas a la semana de clase, sentados/as en sillas, para que vayan experimentando lo que les espera al año siguiente. Antes pueden acudir a la escuela infantil en la que la principal ocupación es jugar, claro, y por lo tanto, no hay tantas mesas, no hacen fichas de ningún tipo y no tienen deberes para casa. Escribo esto y me desespero un poco al recordar cómo en España, los alumnos/as de 3 años ya están sufriendo las presiones de docentes que esperan que se comporten cómo adultos independientes, lectores, capaces de estar sentados/as y callados/as durante horas, y además esto lo consiguen a base de gritos, zarandeos y amenazas. Sí, es una pena (o un delito, diría yo) pero no exagero, que esto lo he visto yo en  los mejores colegios públicos.
        No todo el mundo en Finlandia está tan contento ni orgulloso con el sistema educativo, y yo estoy totalmente de acuerdo en algunas de sus críticas. Muchos docentes ven el sistema como algo anticuado, no dejan de ser escuelas que no han cambiado demasiado desde hace décadas. Han ido mejorando las instalaciones y los materiales (cada clase tiene pizarra digital, proyector, piano, etc...) pero sigue consistiendo en clases donde alumnos y alumnas sentados en pupitres siguen un libro de texto según las indicaciones de la maestra o del maestro. Aunque haya diferencias entre unos docentes y otros, la mayoría de las veces no deja de ser el libro de texto el que marca los aprendizajes y no tienen mucha oportunidad de investigar o aprender de formas diversas (insisto, depende de cada lugar y cada docente ya que tienen autonomía para elegir sus métodos).

         He tenido oportunidad de visitar estos días otros dos colegios muy interesantes (públicos también, claro). Uno de ellos, el de Strömberg, trabaja según la pedagogía Freinet, me ha recordado mucho al cole público en el que he trabajado los últimos años pero también he podido entender con más claridad por qué era tan difícil que funcionara con éxito para toda la Comunidad Educativa y de forma continuada (el de Madrid, claro). Este cole finés trabaja según un sistema que cree que los aprendizajes deben partir del estudiante y que el docente debe acompañar en esa búsqueda, y esto, en un sistema que debe cumplir un curriculum, se traduce en crear espacios de trabajo activo para investigar en equipos, en crear grupos heterogéneos mezclando distintos cursos, en no utilizar libros de texto y usar diversas fuentes de información, en realizar actividades conjuntas con familias, etc... El centro organiza varias veces durante el curso, el cole por la tarde (ese día no hay cole por la mañana) para que sean los padres y madres que se animen, los que den las clases y así se pongan por un rato en el lugar de los docentes. Los alumnos y alumnas de Quinto "apadrinan" y "amadrinan" a los de preescolar para acompañarles en su adaptación a la Primaria y a lo largo de su primer curso. Estos son algunos ejemplos solo.
     Conseguir esto, con un edificio precioso construido a propósito (con espacios llenos de luz, rincones con plantas y mascotas, etc...), con una cuota económica generosa y con un equipo docente que se dedica a esto por vocación y que ha realizado una potente formación y posteriores entrevistas con la directora para trabajar ahí, es posible en Finlandia (no tanto en España) y, como podéis imaginar, funciona muy bien y además es respetado por el gobierno, en lugar de tener todo tipo de dificultades, como ocurre en muchos de los colegios públicos "punteros" de la Comunidad de Madrid (como es el caso, a día de hoy, del CEIP de Fresnedillas de la Oliva, por ejemplo). Para los fineses es fácil crear y mantener un colegio así, para nosotros es imposible...de momento.
 
       El resto de los días los paso en la escuela de Kuusikko. Entrar en la sala de profes es una gozada, es enorme, con muchísima luz y sofás colocados de forma circular. Dentro de la sala hay un despacho, el del director. Tiene la puerta abierta y le descubro con la guitarra acústica cantando con otras dos maestras una canción marchosa a varias voces. Están ensayando para el festival del cole, el "Kuusikko-Rock" que celebran pasado mañana. Me ha invitado al cole Hannele, una maestra de método Montessori que trabaja en un aula con alumnos y alumnas de Tercero a Sexto de Primaria. Es increíble, esta escuela, a parte de tener las clases normales de toda la Primaria, tiene dos aulas Montessori (una para Primer ciclo y otra para Segundo y Tercer ciclo) para los niños y niñas cuyas familias elijan este método como alternativa a la educación tradicional. Sigue siendo educación pública, comparten muchas actividades con el resto de las clases y lo único que hay que hacer para estar ahí es pedirlo. Los estudiantes siguen también un curriculum y utilizan algún libro de texto pero los aprendizajes más profundos y los más importantes los adquieren de forma activa con materiales manipulativos específicos. Requiere de mucha profesionalidad y paciencia ser la maestra de una clase así, hay muchos momentos de actividad y grupos haciendo cosas diversas y, como dice mi amigo Janne en su estupendo español, "también estos niños son muy móviles".

Materiales Montessori

      Pues como veis, todo sistema tiene sus pros y sus contras, pero yo veo que hay cosas básicas, importantísimas, que son las que marcan las grandes diferencias y eso es lo que yo he encontrado en el sistema de este curioso país que pasa de meses de oscuridad a meses de luz.
       Me vuelvo una vez más, encantada de la experiencia, enormemente agradecida a Hannele y Riku, a Janne y Tina, a los coles que me han abierto sus puertas y a todas las personas que he conocido y que me han regalado algo en pequeñas o largas conversaciones con un café entre manos. Kiitos!
       No me voy sin darme una sauna, meterme en el mar a 7ºC y disfrutar después de un precioso atardecer. Como dicen aquí, es importante darse el baño para quitarse el "abrigo de invierno" y recibir a la primavera.


Os dejo un material magnífico para aprender más sobre Finlandia. Un Blog muy interesante: Aprender de Finlandia basado en un libro con el mismo nombre que hay que tener: Aprender de Finlandia. Kaleida Forma.



miércoles, 15 de mayo de 2013

La educación en Finlandia

     Me sobra el abrigo. Estas mañanas voy caminando al cole de Länsi-Pasila y a mitad de camino ya lo llevo en el brazo. Al despertarme a las 7 am. parece que son las 12 del medio día y al acostarme a las 23.30 me cuesta cerrar el ojo porque parece las 20 de la tarde. Me gusta Helsinki en primavera.
    Y me encanta sentirme rodeada de gente cuya intención es hacer más fácil la vida a las personas que tienen alrededor. Me refiero a la conductora de tranvía que al cerrar las puertas antes de arrancar, las vuelve a abrir al ver que alguien se acerca corriendo, o al que se te acerca ofreciéndote ayuda en cuanto te ve abrir un plano de la ciudad, o a la maestra que trata con amor y respeto a sus alumnos y alumnas, practicando su oficio con tanta seguridad y profesionalidad que crea un ambiente muy especial en el aula.
     Ya conocéis mucho sobre el sistema educativo de Finlandia pero voy a recordároslo, comentando algún detalle. La educación obligatoria comienza a los 7 años y la educación Primaria es progresiva. En primero y segundo los alumnos/as tienen 20 horas lectivas a la semana, pasando a ser 23 horas al pasar al segundo ciclo y 25 horas para los estudiantes de 5º y 6º. Casi el 100% de los colegios son públicos (las familias no pagan nada, ni siquiera la comida) y cada centro tiene autonomía para organizarse según el dinero y los docentes con los que cuente. Lo de los docentes es un tema aparte, muy diferente a lo que vemos en España...y merece un título en mayúsculas:
    DOCENTES DE FINLANDIA: Después de realizar un examen bastante difícil y una entrevista de acceso a la universidad de Magisterio (solo unos pocos aspirantes pasan), la carrera dura 5 años (en la que eligen dos especialidades) y la mayoría continúa sus estudios después. Cuando terminan de estudiar eligen colegio en el que les gustaría trabajar y entonces realizan una entrevista con el director o directora. Os podéis imaginar que llegados a este punto, ya nos encontramos con personas que han pasado muchas pruebas y que han tenido que demostrar estar realmente motivadas por su trabajo, por lo tanto, el sistema confía plenamente en ellas y les considera lo suficientemente responsables y profesionales como para no necesitar que nadie les controle. En Finlandia no hay inspección educativa y eso, les hace sentirse aún más responsables en lo que a educar a niños y niñas se refiere. Son y se sienten responsables de educar a su vez a personas responsables, de educar a todos/as de la misma manera; como prácticamente todas las escuelas son públicas, en el momento en que cada niño/a pasa la puerta del cole (al que acude solo/a desde su casa desde el primer año) no existen diferencias sociales, todos/as son iguales, tienen los mismos derechos, todos/as merecen lo mismo, las mismas oportunidades y todos/as reciben la misma educación, una educación de verdad de calidad
     He podido ver en estos días a docentes jóvenes, con pocos años de experiencia y son brillantes en su trabajo y en su trato hacia los alumnos y alumnas, están todo el día con su clase (hasta las 14.00 hr. aproximadamente), dan las gracias a cada niño/a cuando les piden leer en clase de lengua,  les sonríen cuando esperan que se calmen, tocan el piano y cantan aunque no estén en clase de música, e incluso comen con el grupo, educando también durante este tiempo; cada niño/a se sirve en su plato la cantidad de comida que quiere y luego recoge su bandeja y recicla lo que tira. 
    Los docentes se hacen cargo de su responsabilidad con orgullo y disfrute, y toda la sociedad se lo reconoce, por eso es una de las profesiones más valoradas, es un colectivo con mucho prestigio.
    Después de solo unos días en una escuela, puedo notar con mucha claridad la calidad de los/las profesionales que trabajan en educación y la calidad de ésta. Es verdad que no deja de ser un sistema estructurado que ofrece un curriculum obligatorio por niveles, con clases en aulas con pupitres, en el que hay horarios, deberes para casa y evaluaciones que, lógicamente, marcan diferencias en el nivel de los estudiantes, y todo esto, después del año que llevo visitando escuelas libres, me hace pensar que otra forma es posible, pero si tuviéramos en España una educación como en Finlandia, probablemente no habría ni pensado en buscar formas alternativas de educación. Aquí cada escuela tiene autonomía e independencia para organizarse como desee, solo tiene la obligación de cumplir el curriculum pero cómo lo haga, es cosa del equipo docente con el que cuente porque son los y las que saben cómo hacerlo y, insisto, se hacen cargo de esa responsabilidad.
     Voy a visitar otros coles que, siendo públicos, siguen otros modelos (como Freinet o Montessori) y por lo tanto, organizan sus clases y materiales de otras maneras. Os iré contando... pero lo importante, sea cual sea el cole, es que aquí el ambiente es buenísimo, los niños y niñas van contentos/as al cole, están motivados/as, el porcentaje de abandono escolar es únicamente del 0,2% y toda la sociedad está unida, juega en el mismo bando, en el de una Educación Pública de Calidad.
     Y a esto es a lo que nos referimos con ese grito plasmado sobre fondo verde que tanto miedo da a nuestros políticos. ¿Será tan difícil de entender?



Os dejo aquí el link para ver el programa que emitió la Sexta sobre la educación finesa para que podáis completar la información. Es muy interesante y no habla únicamente del sistema finés:  Salvados "Cuestión de Educación"





domingo, 12 de mayo de 2013

Y...llegó El Dragón, un espacio para crecer en libertad.


    ¿Qué es lo mejor que le puede pasar a una maestra viajera interesada en las escuelas libres y que echa de menos el día a día rodeada de niños y niñas? Que una pequeña libélula de la suerte (dragonfly), que la ha acompañado durante años, evolucione, se convierta en dragón y le traiga un proyecto educativo libre y democrático para llevar a cabo lo aprendido en un maravilloso año de "yoviendo escuelas".
    Pues sí, así es, si lo hubiera soñado o deseado no creo que hubiera conseguido algo tan bonito como lo que es. Mis intenciones pedagógicas de este curso escolar eran las de conocer otras formas de educar y la de comprobar que los estudiantes de escuelas libres aprenden y se desarrollan como personas de la forma que yo considero importante: personas competentes, capaces de elegir y tomar decisiones, personas autónomas y responsables que no dependen constantemente del adulto para que le diga, vigile y ponga ciertos límites que ellas mismas pueden aprender. No sabía qué me podría deparar este periplo de idas y venidas, a parte de formarme más como persona y como educadora. Y tal vez, por no esperar nada concreto, tal vez por abrirme a la vida y estar receptiva, tal vez porque a veces las cosas grandes te eligen a ti y no tú a ellas, me ha llegado el regalo inesperado. Bábara (fundadora de la escuela infantil "La Libélula") y Juan, a lomos de un recién nacido dragoncillo, llegaron para ofrecerme estar con ellos en la apertura de un espacio libre y democrático que llega con nombre propio: "El Dragón". Y, por supuesto, después de conocer bien el proyecto he dicho "sí quiero". ¿Cómo resistirme a un proyecto tan respetuoso con la educación de las personas? ¿Cómo no unirme a una escuela donde los niños y niñas son los y las protagonistas, donde eligen qué hacer con su tiempo y donde toman las decisiones importantes? 
    El Dragón es un espacio educativo libre que abrirá en septiembre en Torrelodones, a las afueras de Madrid. Es un proyecto ecológico y bilingüe que recibe niños y niñas desde 3 a 9 años el primer curso, para ir ampliándose poco a poco hasta completar toda la educación escolar (Primaria y Secundaria).  La casa y el jardín son una preciosidad, y el entorno está formado por la naturaleza típica de la sierra de Guadarrama, un lugar perfecto para que los dragones y dragonas aprendan a volar en libertad ya que, una de las características típicas de la educación libre es que cada cual decide qué hacer con su tiempo; no hay clases, no hay deberes, no hay aprendizajes dirigidos por el adulto, hay espacios y materiales para que los niños y niñas jueguen, hagan y deshagan, miren, toquen, lean y, mientras tanto, aprendan.

     Estoy deseando desplegar yo también mis alas y seguir volando, creciendo y aprendiendo en libertad, que es algo que ni en la edad adulta se consigue fácilmente. Quizá con el tiempo, gracias a escuelas como ésta (y muchas otras que ya están en marcha), nos demos cuenta de qué es lo realmente importante en la educación y consigamos que los "jefes" y "jefas" del sistema, que parece que han pasado muy poco tiempo rodeados/as de niños y niñas, que no están dispuestos a escuchar ni a empatizar con los que día a día estamos al pie del cañón en la educación, elaboren una Ley que ayude, acompañe y respete a toda la comunidad educativa, en lugar de castrar, evaluar, amenazar y castigar de diversas formas a alumnos/as, profes y familias. 

    Y mientras, yo sigo con mi proyecto, sigo yo, viendo escuelas por el mundo, pero mi intención ahora es doble: la de observar cómo aprenden los niños y niñas, y la de elegir lo mejor para alimentar al Dragón que me espera en Madrid. 

Las 22.30 hr. en Helsinki
     Y... ¿qué me llevaré ahora de Finlandia, además de la amabilidad, alegría y generosidad de las personas que ya me acogen (Hannele y Riku)? (Nota: yo me leo y sueno exagerada y repetitiva al hablar de lo maravillosa que es la gente, lo sé, pero es que es verdad, es impresionante la suerte que estoy teniendo con las personas con las que me he ido encontrando este año y no puedo evitar recordármelo y compartirlo) Me llevaré, desde luego, el buen tiempo de primavera y las horas de luz que hacen a los fineses salir a disfrutar de su país. 

     ¿Y de su tan valorado sistema educativo? Eso ya os lo iré contando, que acabo de aterrizar y me queda mucho por visitar.

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Contacta con El Dragón (web en construcción) escribiendo a : barbara@eldragon.org